Jueves 25 de Agosto. Me encuentro surcando aguas turbias y bastante movidas, la marea no esta tranquila en absoluto, de todas formas me considero un marinero arriesgado, con sus miedos e inquietudes, pero capaz de recorrer y conocer la mayor cantidad de mares posibles, y este no es la excepción.
Voy navegando con viento en proa, lo que hace mas difícil llegar a puerto seguro, navegue por mares mas bravos y eso me ayuda saber como reaccionar ante diferentes situaciones. Adelante veo una tormenta, no logro distinguir si es un huracán o una simple llovizna, pero es mi camino y no pienso desviarme por nada, ya tengo puesta mi campera y he preparado el bote salvavidas, la ultima tormenta que evite hizo que me desvie mi curso y al final fue en vano, hubiera podido cruzarla sin ningún problema, esta vez me voy a arriesgar, mi mente esta puesta en un punto y es ahi donde pienso llegar sin importar lo que suceda.
Ansío llegar, pero no desespero. Disfruto del viaje, los cambios de clima, las puestas del sol, la compañía de los peces y mi fiel amigo. En el camino me encontré con otros marineros y se que voy a encontrar muchos mas, alguno hasta me pida que suba a su barco y lo ayude a navegar, pero si hago eso mi barco se queda sin capitán, y es muy probable que lo pierda de vista o se hunda.
Sigo mi viaje, escuchando en mi mente canciones que me hacen bien.
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